sábado, 24 de enero de 2015

Los crímenes de Laura: Un pacto entre caballeros.

Los crímenes de Laura:
 Un pacto entre caballeros.

Nivel de violencia: Bajo

Aviso a navegantes: La serie “Los crímenes de Laura” contiene algunos fragmentos con mucha violencia explícita. Estos relatos conforman una historia muy oscura y puede resultar desagradable a los lectores. Por lo tanto, todos los relatos llevarán un aviso con el nivel de violencia que contienen:

-Nivel de violencia bajo: El relato no contiene más violencia de la que puede ser normal en un relato cualquiera.
-Nivel de violencia moderado: El relato es duro y puede ser desagradable para gente sensible.
-Nivel de violencia extremo: El relato contiene gran cantidad de violencia explícita, sólo apto para gente con buen estómago.

El teniente de la Guardia Civil, Xavier Xacón, volvió a darse la vuelta sobre sí mismo, enrollándose en las sábanas y arrebatándoselas a su acompañante. No podía dormir. Llevaba un muy mal día. De hecho, llevaba una muy mala semana.

-¿Estás bien? –preguntó el hombre que intentaba conciliar el sueño a su lado-. No paras de moverte. ¡Devuélveme la sábana!

-Lo siento… Estoy… preocupado –contestó, desenrollándose, para quedar tumbado con la mirada perdida en el techo.

-¿Qué te pasa, mi amor? –dijo el hombre incorporándose y acercando sus labios a los de Xavier.

-Cosas del trabajo… Cosas del pasado –respondió, tanto a la pregunta como al beso tierno entregado con dulzura por su amante.

-No puedes vivir en el pasado.

-Lo sé. Lo que pasa es que siempre he sido consciente de que algún día… Sabes que he tenido que hacer cosas para ocultar mi… condición.

-¿Qué condición? Tú no eres de ninguna condición –replicó el hombre, apartándose de Xavier y frunciendo el ceño.

-Perdona… Sabes lo que quiero decir. Aún ahora mismo no hay un solo gay en la Guardia Civil…

-Tú eres gay, cariño, y Guardia Civil…

-Sí, pero nadie lo sabe… A eso voy. No puedo hacerlo público… Si se enteraran…

-¿Es eso lo que te preocupa?

-Sí… No. Quiero decir… Cuando me casé…

-De eso hace ya mucho tiempo.

-Sí, hace mucho… Pero me casé por motivos equivocados, egoístas… Y mi hijo… Mi mujer siempre lo supo, ¿sabes?

-¿El qué?

-Que nunca me sentí atraído por ella; por ninguna mujer, en realidad. Era una buena muchacha, y fue una buena esposa. Pero las cosas no podían salir bien…

-¿Por qué me cuentas todo esto?

-Por nada, ven aquí, quiero otro beso.

sábado, 10 de enero de 2015

Los crímenes de Laura: Una noche especial

Los crímenes de Laura:
 Una noche especial

Nivel de violencia: Extremo

Aviso a navegantes: La serie “Los crímenes de Laura” contiene algunos fragmentos con mucha violencia explícita. Estos relatos conforman una historia muy oscura y puede resultar desagradable a los lectores. Por lo tanto, todos los relatos llevarán un aviso con el nivel de violencia que contienen:

-Nivel de violencia bajo: El relato no contiene más violencia de la que puede ser normal en un relato cualquiera.
-Nivel de violencia moderado: El relato es duro y puede ser desagradable para gente sensible.
-Nivel de violencia extremo: El relato contiene gran cantidad de violencia explícita, sólo apto para gente con buen estómago.

Carolina estaba sentada sobre la cama de la habitación donde hacía sólo un par de días se había visto obligada a acabar con la vida de la joven profesora. Ya no quedaba prácticamente ningún resto de sangre, porque su Amo le había ordenado que limpiara a fondo. La única prueba de que allí se había cometido un asesinato era la mancha rojiza en el colchón, que había sido incapaz de eliminar por completo. Las sábanas las había quemado, y las paredes el suelo y los muebles los había fregado a conciencia; tantas veces que le dolían las manos. Pero la habitación quedó al gusto de Él, por lo que no fue castigada.

Ya habían pasado dos días desde aquello, y aún no era capaz de conciliar el sueño. Cuando cerraba los ojos volvía a su mente la cara de la chica, con la mirada lánguida que se iba apagando lentamente, con una última súplica silenciosa entre los labios. Y ella la había matado, ella había empuñado el cuchillo que le rajó el cuello. Una lágrima solitaria recorrió su mejilla mientras intentaba encontrar consuelo.

No había querido acabar con su vida, a pesar de que cuando la enredó en aquella discoteca, ya sabía que estaba muerta. No le gustaba participar en aquello; no quería ser parte, el problema es que no le quedaba otro remedio. Era propiedad de su Amo, y debía hacer cuanto le ordenaba. Incluso si la orden era engatusar a una preciosa joven pelirroja y llevarla a su casa, para después… Necesitaba detener aquella locura de alguna forma; aunque era consciente de que no podía hacer nada. Él era su Amo, sí, pero además era su amado, y le pertenecía por contrato, al mismo tiempo que también le pertenecía hasta el fondo de su alma. Le quería más de lo que nunca había imaginado poder querer, y le respetaba. Y le temía.